Hoy lunes de la octava de Pascua, el papa Francisco ha partido a la casa del Padre. El primer papa jesuita nos deja una Iglesia de puertas abiertas, en salida y en la que cabemos todos. Se nos va el papa de la esperanza y de la alegría evangélica.
Dale, Señor, el descanso eterno y brille para él la luz perpetua.
